“Por qué los hombres nunca se acuerdan y las mujeres jamás olvidan” es el título que la doctora Marianne Legato dio a su último libro.
En él, la autora asegura que hombres y mujeres reaccionan diferente ante una discusión de pareja.
Y detalló que el hecho de que ellas recuerden varias experiencias en torno a un conflicto y ellos se enfoquen sólo en el problema que ocurre en ese momento, hace que la mujer considere que su pareja no se preocupa por el tema, y que él sienta que su cónyuge está sobredimensionando el asunto.
El diario La Tercera publicó que la doctora Marianne Legato, académica y destacada investigadora de la Universidad de Columbia (EE.UU.), dedicó su vida a estudiar las diferencias entre hombres y mujeres en todas las áreas.
Así es que en su último libro, “Por qué los hombres nunca se acuerdan y las mujeres jamás olvidan”, explicó las raíces de las conocidas tan dispares reacciones ante un conflicto.
Al parecer, la raíz de la respuesta disímil es que lo que sucede, según explicó la experta es que en las mujeres los estresores se suman, haciendo que su corazón se acelere, incluso al doble del ritmo normal.
Mientras el cuerpo femenino siente esto y se alerta, como si hubiese algo amenazante cerca, los hombres piensan en distinta forma: no suman elementos, sino que abordan cada uno en forma individual, dejando de lado rápida y a veces automáticamente la tarea que consideran dispensable para lograr el fin.
Asimismo, Legato destacó que “cuando se trata de procesar información, el cerebro masculino activa sólo una zona. Esto hace que ellos enfrenten un dilema, generen una solución y sigan adelante”.
Pero ellas no funcionan así: el cerebro femenino está más interconectado, ellas analizarán una situación una y otra vez, estudiando todos los factores de una discusión.
Aquí surgen diferencias: para ellas, una pelea se conecta con la anterior; para ellos, cada discusión se termina cuando dejan de gritarse y aparece una solución.
Diferentes experiencias
Legato explicó que la hormona femenina por excelencia, el estrógeno, puede convertirse en enemigo de la mujer en situaciones de estrés.
Diversos mecanismos hacen que sus efectos se prolonguen más y es por eso, que ellas se alteran más en una discusión que los varones.
Por otra parte, la naturaleza femenina hace que ellas tiendan a acumular y registrar experiencias que les sirvan a futuro para detectar anomalías en su grupo familiar.
Mientras que ellos, registran sólo los datos esenciales, ya que abordan cada situación en forma más profunda, sin interconectarla necesariamente con otras.
Cómo solucionar las diferencias
El consejo fundamental de la investigadora es aprender.
Así, por ejemplo, una mujer hábil y capaz de aprender puede cultivar su capacidad para comunicarse, para ser más clara y sintética.
En tanto, los hombres, pueden ir practicando en torno a los gestos faciales que denotan tensión, molestia o tristeza, para entender el contexto en el que una mujer esté diciendo algo.
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