Un perrito fue visto en medio de una transitada avenida cuidando a su amigo –otro perrito-, que fue atropellado por un carro. Usando su pata, el primer perro trataba de despertar a su amigo que ya estaba muerto. El perro trataba de empujar a su amigo fuera de la carretera.
Cuando la gente trataba de ayudar, les ladraba y ahuyentaba al que se acercara a él. A pesar del tráfico pesado, el perro no abandonaba a su amigo.
¡Cómo podemos decir que algunas veces somos como los animales, cuando se trata de criticar la mala conducta o el salvajismo de algunos seres humanos? ¡Qué lección! Los testigos quedaron impresionados de cómo un perro ordinario puede ser tan leal.
Ojala podamos ser mejores seres humanos para acercarnos un poco a la inocencia, bondad, lealtad y valor que pueden mostrar algunos inocentes animales.
Va con dedicatoria a aquellos que dicen estar convencidos que los animales no sienten dolor ni sufrimiento y defienden sus gustos (como la tauromaquia y las peleas de perros o de gallos), basándose en falsas tradiciones, pseudo-arte o pseudo-cultura.